Hoy quiero hablarte de una de las cualidades más atractivas que puedas mostrarle a una chica…

Certeza

¿Qué es la certeza?

Es la firme convicción de que algo es cierto.

Y lo que una chica quiere, realmente, es certeza. Que seas su mejor opción posible. Que el lugar en el que está es el mejor posible. Que acostarse contigo es la mejor decisión posible.

Porque ELLA no lo sabe.

No puede decidirse.

Y no quiere cargar con el peso de la decisión.

El Síndrome del Decide por Mí

Todas las mujeres tienen una cosa llamada “Síndrome del Decide por Mí”.

Y existe en TODAS las fases de la relación. Desde el primer momento en el que te acercas, hasta la primera vez que se quita la ropa para ti, hasta el momento en el que te murmura “te amo…”.

Ella quiere que la dirijan. Quiere que le digan lo que tiene que hacer. Quiere sentir que no tiene control sobre el resultado.

Porque así le queda una salida si las cosas salen mal. La exime de culpa y cargo. Así su mente puede decir “no me quedaba alternativa” o “no fue mi decisión”.

Más que nada, las chicas NO QUIEREN estar equivocadas.

Por eso es que las chicas odian a los tipos desesperados. Porque si estás actuando como si no supieras si le gustas, le generarás dudas. Lo mismo sucede con la aproximación. Lo mismo cuando la invitas a salir. Y lo mismo cuando intentas acostarte con ella.

Nunca la pongas en el lugar en el que sea ella la que tenga que decir “sí” o “no” para avanzar.

Ella no quiere tener que tomar esa decisión.

Tú eres el HOMBRE. Es tu tarea asumir esa responsabilidad.

Esto es PARTICULARMENTE cierto en lo que refiere a escaparse de la zona de amigos.

Recuerdo una amiga mujer con quien salí tres o cuatro años sin habernos enganchado nunca. Hasta que comencé a sentirme cada vez más atraído.

Había decidido que quería engancharme con ella. Sabía que si le revelaba mis sentimientos le daría la oportunidad de que se decidiera, y eso es lo último que necesitaba.

En vez de eso, en un viaje de ski con unos amigos (y ella también), después de una noche de bebidas y coqueteo, busqué besarla.

Ella me dejó besarla por un segundo hasta que se dio vuelta y me dijo que no deberíamos estar haciendo eso.

Unos segundos después la volví a besar. Nos besamos algunas veces más esa noche.

A la mañana siguiente, después de haber tenido tiempo para pensar, me dijo que no quería que las cosas se pusieran extrañas, y que lo que había sucedido la noche anterior había sido un error.

Esa misma noche volví a besarla. Me abofeteó. Volví a besarla otra vez. Me volvió a abofetear.

(Voy a remarcar que cada vez que la besé ella me lo devolvió, no es como si a estuviera forzando)

A la mañana siguiente me desperté habiendo decidido que ya había mostrado mis cartas y que no volvería a intentar nada más.

Esa mañana, ni bien me vio comenzó a besarme. Dormimos juntos el resto del fin de semana.

Yo tomé la decisión por ella.

Ella no quería asumir la responsabilidad de arruinar nuestra amistad, y por eso dudaba. Pero cuando tomé las riendas, eventualmente se dejó llevar.

La certeza es una de las cualidades que casi todos los “seductores” poseen.

Actúan como si no tuvieran dudas de que la chica se sentirá atraída.

No tienen dudas de que ella querrá que la bese. No tienen dudas de que ella quiere ser su novia.

Compara ESA actitud con la del típico “Buen Chico Desesperado”.

El buen chico desesperado nunca tiene certezas. Necesita constantemente que le reaseguren que no está cometiendo errores.

Y esta desesperación lo vuelve DEPENDIENTE. Porque no está seguro si a ella le va a gustar, siente la necesidad de enviarle mensajes todo el tiempo. O busca constantemente salir con ella, sólo por el reaseguro.

Las chicas notan esta duda. Y les resulta muy poco atractivo, hasta el punto de crear una profecía autocumplida.

Haz el esfuerzo consciente de reemplazar la inseguridad con certeza.

Las chicas quieren un hombre que tenga CERTEZA de su valor.

Las chicas quieren un líder. Alguien que se haga cargo.

Por ejemplo: en lugar de preguntarle a una chica si te puede dar su número, pídeselo. Dale tu teléfono y pídele que lo escriba. Lo hará.

Cuando invites a una chica a salir, nunca le preguntes “¿Qué quieres hacer?” ni “¿Adónde quieres comer?” En vez, di “Te paso a buscar a las ocho y salimos a comer por allí.”

Ten CERTEZA que ese lugar es el mejor para estar.

ELIMINA la duda y la inseguridad de tu mente. Todos esos pensamientos como “¿le gustaré?”, o “¿estará bien llevarla a comer a ese lugar?”, o “¿debería intentar besarla?”

Elimínalas y reemplázalas con CERTEZA.

Y después podrás agradecerme.