El Método Infalible para Conseguir su Número
Conseguir el número telefónico de una chica puede ser complicado.
Si sólo dices “Hey, ¿me das tu número?”, estarás básicamente sometiéndote al escarnio.
¿Construiste suficiente entendimiento y tensión sexual? ¿Eres la clase de hombre que parece digno de su atención? ¿Eres lo suficientemente interesante como para merecer la confianza de una mujer?
Quién sabe. Pero si vas a sortear tu suerte pidiéndole su número, estarás por averiguarlo.
Y esa es la mayor debilidad al pedir un número: estás pidiendo.
Estás esperando su permiso para proseguir con la relación, y esto invierte la dinámica de poder de la conversación.
Como ya sabemos, la seducción se trata de tener el control y tener confianza. Te sobrepones a la ansiedad del abordaje, te presentas como el maestro de la diversión, encuentras tus cojones y estableces atracción sexual. Todas estas cosas tienen que ver con el control de la interacción.
No estamos diciendo que deberías “controlar a las mujeres” ni nada por el estilo. No estoy sugiriendo que la golpees en la cabeza y la arrastres a tu caverna como si fueras un simio prehistórico.
Haces esas cosas para mostrar confianza, porque a as mujeres les gustan los hombres con confianza. Cuando le pides su número, de alguna manera estás volviendo a tus tiempos de preadolescente, esperando con ansiedad a ver si te dice que sí.
Entonces, ¿cómo resuelves este antiguo problema de pedirle el número a una chica?
No le pides su número. Le dices que ella PUEDE TENER tu número.
Así es como se desglosa:
“¿Sabes qué? Dame tu teléfono para que guarde mi número en él.”
–es lo que digo cuando normalmente se pediría el teléfono de la chica.
Lo que haces es cambiarle el guión, y en vez de que ella se pregunte si vales la pena, se estará preguntando si es ella la que pasa la prueba.
“¿Pongo mi apellido real, o sólo una descripción física y el nombre del bar?”
Tómate la oportunidad de bromear un poco con ella. Asegúrate de que tu tono sea divertido y gracioso, y acúsala de ser una seductora. Estarás cambiándole el guión aún más. Pero también es una muy buena forma de flirtear y de acumular tensión, al acusarla de ser ella la que está seduciéndote a ti.
Luego le devuelves el teléfono.
“Envíame un mensaje, si quieres. Y si no, también está bien.”
Aquí estarás creándole una situación sin presión, lo que no sólo es de caballeros (bueno, al menos no te hace ver repulsivo), sino que haces que toda la situación sea más informal, aumentando así las probabilidades de que te llame. Verás, cuanto más informal es una situación, más probable será que haya un acuerdo.
También te hará parecer mucho más confiado, sin quitar el hecho de que te atrae. Lo que haces al darle tu número es decirle “Obviamente quiero que me envíes un mensaje”. Pero al darle la opción de no hacerlo, básicamente le estás diciendo “pero si no quieres hacerlo tú, alguien más lo hará”. Estás creando urgencia y celos, una combinación potente.
Ahora viene la parte realmente brillante.
Casi seguro te enviará un mensaje inmediatamente, para asegurarse de que tenga bien el número. Si lo hace, no sólo tendrás su número (¿ves cómo funciona el truco?), sino que también sabrás con certeza que ella quiere tu atención. Lo mejor de todo es que no tendrás que lidiar con la ansiedad de ‘enviar el primer mensaje y esperar la respuesta’.
Todo esto funciona porque no dejaste que caiga la tensión en la situación. Así que cuando te envíe el mensaje, no te pierdas la oportunidad de enviarle una respuesta ingeniosa. Incluso puedes usar la proximidad y la misma situación como una broma coqueta.
Algunas respuestas divertidas pueden ser:
“¡Hey! ¿Quién es ese tipo apuesto que está contigo?”
“¡Buenas noticias! ¡Esto no es una pizzería!”
“¿Esto es un ligue?”
“No puedo creer que hayas conseguido mi número. Eres una seductora natural.”
Nuevamente, le estarás cambiando el guión mientras bromeas con ella e intensificas la tensión sexual.
Hagas lo que hagas, respóndele el mensaje de inmediato. Estarás demostrando más confianza, y te estarás diferenciando de todos esos tipos que quisieron intercambiar números telefónicos con ella.
La “Regla de los 3 Días” sólo funciona en la película Swingers.