Pienso que hay mucha confusión respecto al término “macho alfa”. Hay tantas personas utilizando el término tan a la ligera que su significado se ha distorsionado.

Así que quiero eliminar por completo ese término.

Tan solo enfoquémonos en la idea de mostrar tu masculinidad.

=================================
Articulo Disponible En Video Aquí:

=================================

Lo primero que podría llegar a nuestras mentes al pensar en mostrar masculinidad es el típico cabeza hueca sentado en un bar esperando meterle un golpe al primer tipo que mire a su chica. Aunque algunos otros podríamos tener una visión de Michael Phelps sosteniendo sus nueve medallas de oro. Y algunos otros quizás imaginemos la masculinidad como un personaje genial al estilo James Bond que puedes seducir sin ningún problema a la mujer más hermosa del bar.

Pero la masculinidad no siempre tiene que ser este gran exhibicionismo casi teatral.

De hecho, y frecuentemente, la masculinidad se expresa mejor en las cosas sutiles que realizamos. Se comunica silenciosamente mediante las decisiones que tomamos. Y por excelencia, es definida por la manera cómo vivimos nuestras vidas.

¿Cuáles son las cualidades de la masculinidad que podemos incorporar a nuestro ser?

“Hay dos preguntas que un hombre puede hacerse: la primera es, ‘¿adónde voy?’ Y la segunda es, ‘¿quién vendrá conmigo?’ Si alguna vez colocas estas dos preguntas en el orden equivocado, estarás en problemas”.

Lo primero que un hombre necesita para adoptar las características de la masculinidad es ser completamente responsable de su vida.

Sé completamente responsable de tu vida

Debes decidir precisamente ahora que tú serás el único que puede determinar cómo se desarrollará tu vida. Esto significa que no puedes responsabilizar a nadie ni nada, además de ti, por tus éxitos o tus fallas. Has tomado una decisión clara como el agua acerca de lo que quieres lograr en la vida… y eres 100% responsable de lograrlo.

Una vez que hayas hecho estos votos internos de total responsabilidad de tu vida será hora de establecer límites para ti mismo. Estos límites representarán lo que muchas personas llaman “integridad”. Estos límites definirán tu propio comportamiento, y también definirán el comportamiento que pretendes tolerar por parte de otras personas.

Establece tus límites personales

Una de las características más visibles de un hombre de verdad es la habilidad de alejarse de cualquier persona o cualquier cosa que comprometa los límites que se ha establecido para sí mismo.

A lo largo de la vida uno suele encontrarse con personas que tratan de ejercer control sobre las demás personas utilizando la culpa, la aprobación, el sexo, el dinero o la vergüenza… No hay nada más poderosamente masculino que enviar un mensaje a todos los que te rodean de que nadie puede controlarte.

Esto te pone en la posición de ser la persona en torno a la cual giran las otras personas… en vez de torcer tus ideales, valores y propósitos por la primera chica que esté dispuesta a abrir sus piernas para ti. Y esta “voluntad de apartarse” irradia a tu alrededor.

Pregúntate, “¿porqué no soy capaz de tolerarme a mí mismo?”

Pregúntate, “¿porqué no soy capaz de tolerar a aquéllos que me rodean?”

Muestra tu fuerza sin utilizarla

Cuando muchos hombres deciden establecer límites para sí mismos y definen cómo se desarrollará su vida, cometen el error de tomar una actitud de “el hombre contra el mundo”.

Ahora que dichos hombres finalmente han establecido los límites para sí mismos, buscan una oportunidad para poder reforzar estos límites utilizando palabras bruscas… o la fuerza bruta.

Pero de esta manera, la actitud de “el hombre contra el mundo” termina teniendo el efecto contrario, haciendo que el hombre luzca como un niñito que no es capaz de controlar sus emociones.

Es mucho más poderoso el hombre que es capaz de demostrar su rudeza sin utilizarla. Éste es el hombre que tiene una seguridad interna sólida como una roca, tanto que aquéllos que lo rodean retroceden naturalmente sin hacer que él utilice amenazas o violencia para lograrlo. Ese hombre podría estar consciente de que es capaz de “derribar” al otro… pero en lugar de ello, maneja la situación de una manera madura… permitiendo que el otro tipo salga ileso.

Permanece “totalmente relajado” en un duelo con pistolas

Cualquiera puede colocarse una máscara de hombría y caminar por la vida. Y muchas veces esa máscara falsa podría llevarte bastante lejos. Pero puedes estar seguro de algo… En algún punto en tu vida serás puesto a prueba. Y será entonces cuando tendrás que revelar tu verdadero ser.

Recuerdo que hace algunos años conocí a un tipo que vendía drogas en un campus. Este tipo tenía la apariencia de ser “alivianado” y “alfa”. Pero cuando llegó el día en que los policías lo atraparon en su dormitorio, el tipo lloró como una niña, y comenzó a delatar a todos los que conocía.

Los verdaderos hombres son capaces de controlar sus emociones en cualquier situación. Cuando un verdadero hombre descubre a su mujer engañándolo… él simplemente se aleja y se busca otra. No permite que el dolor que causa este encuentro lo mande a un abismo emocional donde se lamentaría de por vida, y que lo haga perder la confianza en las mujeres permanentemente.

Un verdadero hombre es una roca bajo cualquier circunstancia.

Y un verdadero hombre se conduce siempre de la misma manera, sin importar quién se encuentre alrededor. Esto significa que no se ve afectado por la belleza, la clase, la opulencia, o el privilegio social. Puede mezclarse con cualquier grupo, y eso no lo hará alterar sus valores.

Alienta y educa a los otros

Un hombre de verdad se siente tan satisfecho y contento con su propia vida que no se siente amenazado por el éxito de los otros. De hecho, un hombre de verdad alienta el éxito de los demás y busca formas de ayudar a otros hombres a cumplir sus propias metas.

A lo largo de la vida descubrirás que muchos hombres quienes inicialmente percibías como “verdaderos hombres” revelarán su verdadero ser tratando de “inmovilizar” a otros hombres que considere que representan una amenaza hacia su propio poder.

Los verdaderos hombres no se sienten amenazados por el éxito de nadie más.